Te doy la bienvenida a este post. Aquí vamos a hablar de una preocupación que tiene un gran número de personas, los problemas de
Vamos a centrar nuestra atención en el grupo de población mayor de 50 años, aunque las estadísticas dan más información; la incapacidad eréctil afecta de manera aproximada al 20 % de los españoles mayores de 18 años y a más del 50 % de la población española mayor de 50 años. Son muchos los afectados, y los farmacéuticos podemos verlo de primera mano.
En alguna de las consultas, los pacientes requieren que se les explique incluso qué es una erección, y antes de mostrar qué es la disfunción, hemos de añadir: la erección es aquel reflejo que se experimenta en respuesta a algún estímulo de tipo erótico. Estos reflejos son fruto del trabajo que hace el sistema nervioso central y, también, el periférico, enviando o bombeando sangre a los cuerpos cavernosos, las zonas musculosas y compartimentadas que se encuentran en el pene. Es la fuerza del flujo sanguíneo lo que hace posible la erección.
Si en algún momento dejas de estar interesado en el acto o la situación sexual, lo que está pasando es que el estímulo ha desaparecido y la erección, también. Todo el proceso se encuentra condicionado por la acción psicológica. Pero además, encontramos varios componentes necesarios para que se produzca el reflejo ante estímulos eróticos; deberían existir unos niveles normales de testosterona. Esta es una hormona característica del género masculino que regula muchas de las acciones de los hombres, y entre ellas, la erección y el deseo sexual. Por ello, es importante tener en cuenta que, si estamos con unos niveles de testosterona bajos, fuera de la media, el deseo sexual disminuirá considerablemente hasta incluso desaparecer.
Con lo visto, ya sabemos que para una erección correcta necesitamos un buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso central, niveles normales de testosterona en los hombres y, también, un sistema nervioso periférico que actúe con normalidad, además de un sistema circulatorio sin problemas. Es esta la razón por la que las personas que pudieran padecer enfermedades que afecten directa o indirectamente al sistema circulatorio (como diabetes, esclerosis múltiple e incluso alcoholismo u obesidad) ven disminuida la capacidad sanguínea, y aunque puedan tener deseo sexual, el pene no consigue mantener la rigidez.
Causas de la disfunción eréctil, o problemas en la erección
Gracias a los avances tecnológicos y médicos, en la actualidad somos capaces de señalar algunos de los factores que aumentan el riesgo a padecer problemas de erección. Antiguamente, era difícil asociar causas psicológicas a esta falta de reflejo, pero hoy sabemos que trastornos como la ansiedad, depresión o estrés podrían afectar a la sexualidad. Básicamente, una persona que tenga ocupada su cabeza por completo con incertidumbres asociadas a su vida laboral, social o familiar, o con la estabilidad de su matrimonio, por ejemplo, tendrá trabas para centrar su atención en el estímulo sexual y la erección disminuye.
También, sabemos que la fatiga influye en todo el proceso, así como la falta de ejercicio. Una mala forma física o ausencia de masa muscular puede dificultar el acto sexual propiciando la aparición de cansancio e inapetencia. A su vez,
Dentro de las causas de disfunción relacionadas con la psique está el insomnio, o falta de descanso efectivo. La carencia de sueño afecta a todos los ámbitos de la vida cotidiana, y por supuesto, es negativo para las relaciones sexuales.
Podemos hablar de factores relacionados con problemas vasculares, como comentamos al principio. Como paciente tienes que saber que tu pene necesita aporte sanguíneo para erguirse y cualquier problema relacionado con la falta de flujo es un impedimento en la vida sexual; se relaciona con problemas como la diabetes, hipertensión, colesterol en niveles altos, paciente fumador y varias enfermedades cardiovasculares. Cuando se ha sido paciente de una cirugía de próstata, vejiga o recto, a veces, se experimentan problemas de erección relacionados con un deterioro de los vasos sanguíneos de la zona pélvica. Los pacientes de radioterapia en esta zona, también suelen padecer la alteración.
Los fármacos son conocidos por tener una serie de efectos secundarios a menudo desconocidos para la sociedad. Cuando tratamos a alguien con hipertensión, se hacen uso de unos medicamentos que disminuyen la capacidad sexual. Las enfermedades cardiacas y los trastornos psicológicos, también son situaciones en las que se necesita recetar al paciente algunos fármacos con estos efectos.
No son pocos los pacientes con otro tipo de problemas anatómicos. Hablamos de hipospadia o epispadia, lo que se traduce en desviaciones en la terminación de la uretra, o micropene, curvatura congénita de pene, enfermedad de Peyronie. Pueden darse casos de traumatismos en esta zona, fracturas de pene que pueden o no impedir la erección, dependiendo del caso.
Diagnóstico de la enfermedad, para tener una buena relación sexual
Para conseguir un adecuado tratamiento necesitamos identificar la causa que origina la anomalía. Como hemos dicho, cuando el problema de erección se alarga más de seis meses, es conveniente consultar con un profesional sanitario.
El procedimiento que se lleva a cabo es el de hacer un análisis de la historia médica del paciente; nos informaremos de cuándo han empezado los problemas o falta de deseo sexual, si han existido traumas en la zona, cambios físicos o de tipo emocional de tal magnitud que pudieran estar interfiriendo en su estrés o ansiedad. Toda información es relevante, desde la pandemia mundial a la vida laboral, pasando por las relaciones personales y familiares. Preguntaremos todo lo destacable, incluyendo los medicamentos que toma en la actualidad y en el pasado. Resumiendo, los aspectos que el profesional debe valorar para esclarecer el diagnóstico son:
- Edad: La disfunción erectil es más frecuente en los hombres mayores de 50 años.
- Intolerancia a medicamentos.
- Hábitos tóxicos, como el fumar o beber alcohol.
- Peso: El sobrepeso sube la probabilidad de padecer problemas de erección, a mayor IMC (Índice Masa Corporal), más posibilidades.
- Historia laboral: Trabajos sedentarios, que precisan de posturas estáticas durante muchas horas, sobre todo sentado.
- Historia médica: Trastornos cardiovasculares u hormonales.
- Cirugías previas: En la zona pélvica, realización de radioterapia.
- Uso de fármacos: Los tratamientos contra la hipertensión, trastornos psicopatológicos o para tratar el cáncer de próstata incluyen medicamentos que pueden provocar la disfunción eréctil.
- Esfera sexual: Los profesionales deben utilizar cuestionarios validados y elementos de medida objetivables para esclarecer aspectos psicológicos, tratando de ver cómo influyen en la disfunción la falta de deseo, líbido o la eyaculación precoz.
En la elaboración del diagnóstico, como primera visita, se facilita un cuestionario al paciente, IIEF-5 (International Index of Erectile Function-5), que es un modelo estandarizado para filtrar el tipo de dolencias, síntomas y signos.
El médico tiene que realizar una exploración física y un análisis de testosterona en sangre y, en función de los resultados, el especialista podría solicitar otros análisis y adquirir más información para su diagnóstico; colesterol o azúcar, indicadores del estado del hígado, riñones y tiroides. Este problema de erección muchas veces necesita ser revisado a través de pruebas neurológicas, de vasos sanguíneos y circulación, para ver si aquí encontramos la causa.
Tratamientos para paliar la disfunción y conseguir la eyaculación
Una vez que hemos encontrado la causa, se va a proceder a establecer un plan de tratamiento para el paciente. Esto va a depender del origen;
- Sin fármacos: Cuando el origen identificado es de tipo vascular es importante regular la dieta, hábitos (tabaco/alcohol), sedentarismo. No faltan las campañas de concienciación en las que se avisa de los beneficios en la vida sexual que aporta una dieta sana y equilibrada, junto con una práctica regular de ejercicio.
- Con fármacos: Uno de los medicamentos usados es el Cialis o Tadalafilo, administrado vía oral, origina una dilatación en la arteria peneana para permitir el flujo cuando corresponda. La posología o potencia necesitada para el paciente en concreto se establece a través de los análisis del diagnóstico. Dentro de este tipo de medicamentos existen otros como la Viagra o sildenafilo
- Segunda línea: Cuando el tratamiento farmacológico no funciona, se buscan otras vías para hacer que el flujo sanguíneo vuelva; uso de supositorio uretral que contiene un medicamento indicado (Alprostadil) o de manera inyectada, uso de dispositivos de vacío, prótesis o incluso psicoterapia.
- Prótesis: Colocadas en el interior del pene para tratar de mantener la rigidez.
Después de muchos años atendiendo pacientes, he podido comprobar las causas de la disfunción y falta de eyaculación. Como se ha dicho antes, los avances médicos hacen posible, tratamientos novedosos que te ayudan a seguir teniendo relaciones sexuales dentro de la normalidad que nos permita la edad. El uso de Viagra, Cialis u otros medicamentos, no son más que la prueba de que la investigación científica puede solucionar problemas para mantener la erección que parecían imposibles. Si tú empiezas a sentir alguno de los síntomas durante más de seis meses, tienes que ponerte en contacto con profesionales médicos. Contacta ya con nuestra farmacia.