La diabetes mellitus tipo 2 se ha convertido en una de las enfermedades metabólicas cada vez más extendidas en nuestra sociedad. Las personas que padecen esta enfermedad presentan altos niveles de azúcar en sangre. Junto con la hipertensión arterial o el colesterol elevado puede poner en riesgo la salud de tu sistema cardiovascular.
Sus causas pueden ser muy variadas, entre las que destaca la obesidad con un alto nivel del índice de masa corporal. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y un estilo de vida saludable, podemos sobrellevar la enfermedad de manera favorable.
A continuación, te explicamos todos los detalles sobre esta enfermedad.
¿Qué es la diabetes mellitus tipo 2?
Es una enfermedad que se caracteriza por presentar unos niveles altos de azúcar en la sangre. Está considerada una de las enfermedades metabólicas asociadas a la obesidad. La insulina es una hormona producida en el páncreas que sirve para que las células del organismo puedan sintetizar la glucosa presente en nuestra sangre. En la diabetes mellitus tipo 2, el organismo no produce la suficiente insulina o bien las células se vuelven resistentes a su acción. El páncreas, que es el órgano encargado de fabricar la insulina, produce más insulina para mantener estables los niveles de glucosa en la sangre.
No obstante, llega un momento en que no puede satisfacer la demanda creciente de insulina. Es cuando los niveles de azúcar se empiezan a disparar y aparecen los síntomas característicos de esta enfermedad como la sed constante e intensa y un apetito voraz.
Estamos ante una enfermedad crónica, por lo que en la actualidad no tiene cura. Si no se diagnostica a tiempo, puede acabar ocasionando graves problemas a nuestra salud que incluso pueden llegar a poner en peligro la vida de la persona.
¿Qué síntomas tiene?
Los síntomas que pueden hacerte pensar que tú o algún conocido sufre esta enfermedad son variados. Los más conocidos son el hambre y la sed constantes, así como orinar frecuentemente. No obstante, hay otros síntomas que suelen acompañar a la enfermedad y que pueden facilitar su diagnóstico. En caso de que notemos algunos de estos síntomas de manera persistente, es importante acudir a nuestro médico, farmacéutico o especialista de salud para que nos pueda realizar las pruebas necesarias para hacer un buen diagnóstico. Los síntomas más comunes que la suelen acompañar son:
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Tener sed constantemente o polidipsia. Constantemente sentimos la necesidad de beber agua.
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Incremento del apetito o polifagia. Independientemente de la cantidad de comida que comamos, el apetito no desaparece. Siempre tenemos hambre.
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Pérdida de peso. Aunque el volumen de comida ingerida sea grande, notamos que perdemos peso de una manera constante.
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Aumenta la necesidad de orinar o poliuria. Se incrementa considerablemente el número de micciones durante el día.
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Notamos que las heridas tardan más en cicatrizar.
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Tenemos de manera repetitiva infecciones y su duración se alarga en el tiempo.
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Nos sentimos mucho más cansados, con bajos niveles de energía. Sentimos que nuestro humor tiene altibajos.
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La visión se puede volver borrosa.
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Podemos sentir dolor o entumecimiento en las extremidades como las manos o los pies.
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En los hombres pueden aparecer problemas en la erección y en las mujeres menstruaciones irregulares.
¿Qué causas producen diabetes mellitus tipo 2?
Puede ser originada por diferentes causas. Normalmente se asocia a personas mayores, aunque en la actualidad cada vez personas más jóvenes la padecen. A veces es la suma de varios factores los pueden originar la diabetes mellitus tipo 2:
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Un estilo de vida sedentario. La falta de actividad física puede ser un factor desencadenante de la enfermedad, ya que se ingieren muchas más calorías de las que necesitamos y el peso corporal aumenta.
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Una alimentación poco equilibrada, sin frutas ni verduras y con un abuso de grasas saturadas y azucares refinados como los procedentes de la bollería industrial son factores de riesgo.
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Tener altos niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
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Padecer síndrome metabólico. Es decir, tener 3 o más factores que incrementan el riesgo cardiovascular.
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Tener antecedentes en la familia. Esta enfermedad puede tener origen hereditario, por tanto, si hemos tenido algún familiar que la ha padecido el riesgo se incrementa.
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La obesidad o un elevado índice de masa corporal, así como tener una alta concentración de grasa en la zona abdominal pueden ser factor de riesgo.
¿Cómo se diagnostica?
Una vez acudas a tu médico y le expliques los síntomas, te hará una analítica de sangre para confirmar si padeces diabetes. Los parámetros para determinar si padeces la enfermedad son:
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Si tenemos un nivel de glucosa en sangre en ayunas superior a 126 mg/dl.
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Si el nivel de glucosa en sangre obtenido en cualquier momento está en unos niveles superiores a 200 mg/dl.
Puede ser que para confirmar la enfermedad te realicen pruebas complementarias para medir el nivel de resistencia a la glucosa del organismo:
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Se mide la cantidad de glucosa que llevan unida los glóbulos rojos (HbA1c). Unos niveles superiores a 6,5% pueden ser signo de tener la enfermedad.
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En ayunas se suministra una bebida enriquecida con glucosa para medir como el cuerpo la procesa. Después de 2 horas se realiza una medición del nivel de glucosa en sangre. En caso de que se presenten niveles por encima de 200 mg/dl es bastante posible que el diagnóstico sea positivo.
¿Qué hacer en caso de padecerla?
Tu médico te marcará las pautas de tratamiento más adecuadas para tratar la diabetes. Seguramente te dará medicación y dependiendo de tu grado de afectación puede ser que te tengas que pinchar insulina.
Al ser una enfermedad crónica, no hay cura posible en la actualidad. El tratamiento se enfoca en prevenir sus complicaciones. También hemos de tener en cuenta que es muy importante mantener controlados de una manera constante los niveles de glucosa en sangre. Es muy importante mantener un estilo de vida saludable con una buena dieta y practicar ejercicio de forma regular.
No obstante, si seguimos el tratamiento adecuadamente no deberíamos de tener problemas graves. Te indicamos una serie de recomendaciones que te pueden ayudar a mejorar tu estilo de vida y a prevenir posibles complicaciones derivadas de esta enfermedad:
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Es muy importante seguir una dieta variada y equilibrada rica en frutas y verduras. Se puede comer pescado, carne magra y lácteos preferiblemente desnatados. Hemos de marcarnos un calendario para comer siempre a la misma hora y no saltarnos las comidas.
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Tener actividad física. Hacer deporte ayuda a mantener bajo control el nivel de glucosa en la sangre. Con 30 minutos al día ya es suficiente. Podemos empezar por caminar, nadar, hacer yoga... En caso de que queramos hacer una actividad física más intensa hemos de consultar a nuestro médico por si hemos de regular la medicación.
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Hemos de eliminar de nuestra vida el alcohol, los refrescos con azúcar, así como todos aquellos alimentos precocinados, la bollería industrial o los alimentos muy ricos en grasas como los embutidos.
¿Qué complicaciones puede tener?
Una vez hemos sido diagnosticados de diabetes mellitus tipo 2, es muy importante que sigamos al pie de la letra el tratamiento que nos haya indicado nuestro médico. También hemos de ser muy estrictos con nuestra dieta, evitando alimentos que pueden ser perjudiciales para nuestra salud. No seguir estas directrices puede provocar que a la larga un empeoramiento de nuestra salud. Sus consecuencias pueden llegar a ser muy perjudiciales e incluso poner en peligro nuestra vida. Las complicaciones más comunes que se pueden derivar de esta enfermedad son:
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Caída del nivel de azúcar en sangre o hipoglucemia. Unos niveles muy bajos de glucosa en sangre pueden ir acompañados de síntomas como mareos, temblores o sudoración entre otros. En casos extremos se puede llegar a producir una pérdida de consciencia
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Niveles muy altos de glucosa o hiperglucemia. En casos de no estar suficientemente hidratado, no tomarse la medicación o una mala alimentación con abusos de alimentos ricos en azúcares refinados. Mantener esta situación provoca que a la larga puedan producirse diferentes daños en nuestro organismo.
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Pérdida de sensibilidad en extremidades o neuropatía diabética. Las terminaciones nerviosas de las extremidades pueden resultar dañadas y se pierde la sensibilidad en pies y manos. También a la larga se puede producir el pie diabético, que en casos extremos puede acabar ocasionando la amputación del pie.
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Nefropatía diabética. El funcionamiento normal de los riñones se ve alterado y acaba teniendo consecuencias perjudiciales para nuestra salud.
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Afectación de la retina o retinopatía diabética. Puede provocar problemas en los ojos como visión borrosa. Si se agrava puede llegar a producir ceguera.
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Enfermedades cardiovasculares. Padecer diabetes mellitus tipo 2 aumenta el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio, ictus o insuficiencia cardíaca entre otras.
Como hemos visto es muy importante tener controlados los niveles de azúcar en caso de padecer diabetes mellitus tipo 2, así como prevenir la obesidad. En nuestra web te ofrecemos una amplia variedad de productos alimenticios aptos para diabéticos. También tenemos un surtido de productos para mejorar el cuidado personal de tus pies y manos. Visítanos y encuentra el producto que mejor se adapte a tus necesidades.