Todos, en algún momento, hemos sufrido a la hora de ir al baño. Es una sensación muy desagradable que puede llevar aparejado una serie de molestias que nos complican el día a día. Y es que el estreñimiento es un trastorno bastante común que afecta a la evacuación de las heces haciéndo el proceso difícil o disminuyendo su frecuencia. No puede establecerse una norma acerca de las deposiciones que deben realizarse cada día, ya que varía de una persona a otra. Para algunos, lo corriente es evacuar una vez al día pero otros necesitan hacerlo hasta tres veces.
Esta afección puede ser ocasional o bien habitual. Es esporádica cuando está provocada por cambios que alteran el ritmo de vida. Por ejemplo, variaciones en la dieta, unas vacaciones, momentos de más estrés o la ingesta de algún fármaco. Se considera crónica cuando la dificultad en la defecación dura más de tres semanas y está asociada a factores como una alimentación poco equilibrada, un estilo de vista sedentario o cambios hormonales, como los que se producen durante el embarazo.
Los síntomas que indican que sufres constipación, otro nombre para esta dolencia, son la hinchazón de estómago acompañada de cólicos o dolores y la acumulación de gases de los que es muy difícil deshacerse. Sientes la necesidad de evacuar y, pese a intentarlo, no lo consigues lo que provoca una gran incomodidad. Además, realizar tantos esfuerzos puede causar la aparición de las temidas hemorroides. Las venas del recto o del ano se inflaman con el consiguiente dolor, irritación y molestias para sentarse.
El proceso digestivo y las heces
Una vez ingeridos, los líquidos y alimentos se desplazan por el tracto gastrointestinal donde se descomponen gracias a la acción de ácidos y enzimas transformándose en nutrientes que el cuerpo absorbe y transporta a través de la sangre. Es en el intestino grueso donde se elimina el agua de la materia no digerida y se forma el bolo fecal o heces que se desechará a través del recto. Este se compone de residuos de alimentos no asimilados a los que se unen los restos de jugos gástricos, leucocitos y otras células.
Normalmente, las heces son de color marrón que será más o menos oscuro dependiendo de la cantidad de bilis que contengan. También pueden tener un tono negruzco si contienen sangre procedente de órganos alejados del colon o más rojizo si esta pertenece a zonas próximas al recto. En caso de que en los excrementos haya gran cantidad de grasa serán de color amarillo oscuro. Del mismo tono son también las deposiciones de lactantes y las de personas con afecciones pancreáticas.
En cuanto a la consistencia, lo habitual es que sean densas y duras, salvo en caso de diarrea, que serán líquidas. Aunque sean compactas, las heces no deben producir dolor al ser evacuadas. Lo ocasionan cuando hay estreñimiento, ya que además de consistentes están muy secas.
Por qué se produce
La constipación aparece por causas que influyen en el tránsito intestinal haciéndolo más lento. Esto provoca que los excrementos se vayan secando y endureciéndose haciendo la defecación muy dolorosa y prolongada, dejando, en ocasiones, la sensación de que existe una obstrucción o de que no se ha acabado de evacuar. Todo este proceso hace que las deposiciones disminuyan y se acumulen las heces en el colon que, cada vez, serán más densas y acartonadas.
Puedes sufrir estreñimiento si:
- Llevas una dieta pobre en fibra y con pocos líquidos. Si consumes más alimentos ultraprocesados que frutas y verduras es muy probable que acabes padeciendo esta dolencia. Además de los vegetales, te ayudarán a ser más regular los cereales integrales y las legumbres. Añadir más líquidos a las comidas también te beneficiará, sobre todo, agua y aceite de oliva. Incorpora a tu alimentación algunos probióticos que ayudan a la salud de flora intestinal. Los encontrarás, por ejemplo, en el yogur y el kéfir.
- Comes con prisas, de pie o ante una pantalla y en cualquier momento. Intenta organizarte para tener un rato para comer con tranquilidad pues el estrés y los nervios favorecen el estreñimiento. Además, establecer unos horarios te dará más regularidad a la hora de ir al baño.
- No vas al baño cuando tienes ganas. Muchas veces no dejamos lo que estamos haciendo pese a que sintamos que tenemos que evacuar. De este modo las deposiciones se secan y se endurecen.
- Llevas un estilo de vida sedentario. La falta de ejercicio físico también provoca el descenso de la movilidad intestinal y la aparición de este incómodo problema.
- Te saltas tu rutina. En ocasiones, por causas ajenas a nuestra voluntad, no podemos evacuar a la hora habitual. Si te pasa esto es posible que no puedas defecar hasta el día siguiente y entonces, será más difícil. Además, hasta que puedas ir al lavabo sentirás hinchazón y tendrás gases.
- Abusas de los laxantes. Si los tomas habitualmente no funcionarán, además, tienen efectos secundarios como daños en el intestino o deshidratación por diarrea.
- Sufres alguna enfermedad que lleva asociado este trastorno, como las pancreáticas, la diabetes o el hipotiroidismo.
- Estás embarazada o estás tomando fármacos que lo provocan como medicamentos para controlar la presión arterial o la depresión.
Cómo tratarlo
Lo más importante para poner remedio al estreñimiento es saber cuál es su origen. Cada persona es un mundo, lo que a uno le sienta bien, a otro puede provocarle estreñimiento. Por ello, es muy frecuente que, al consultar con tu farmacéutico, te haga varias preguntas acerca de tu estilo de vida. Con ellas podrá determinar la causa de tu dolencia, si podrás solucionarla con algún medicamento o es mejor que acudas a tu doctor.
Si padeces estreñimiento leve es posible que lo resuelvas haciendo un poco de ejercicio suave, tomando más líquidos y alimentos ricos en fibra. Estos contienen mucha agua lo que hará que las heces sean más blandas y húmedas. Intenta evitar temporalmente el arroz blanco, el té y los alimentos procesados como la bollería industrial o los fiambres.
Adoptar una postura que facilite la evacuación puede ayudarte. Para ello pon los pies sobre una silla o taburete que te permita tener las rodillas más altas que las caderas. Debes tener paciencia, el cambio de hábitos puede solucionar el problema, pero tardará un tiempo en funcionar.
Si no consigues acabar con esta patología puedes tomar a un laxante durante una semana, más o menos. En tu farmacia puedes encontrar de diferentes tipos, los más conocidos son:
Incrementadores del bolo intestinal. Aumentan el tamaño de las heces, así, el cuerpo siente la necesidad defecar por lo que aumenta la movilidad intestinal. Se toman por vía oral y puedes encontrarlos en forma de cápsulas, pastillas, polvos, etc. Tardan unos días en actuar. Además pueden interferir en la absorción de otros medicamentos si se toman a la vez.
Osmóticos. Son los que retienen el agua en el intestino haciendo que aumente el tamaño de las heces que serán más húmedas. Solo son efectivos si los tomas con mucho líquido y también tardan unos días en hacer efecto si se toman por vía oral. Solo en forma de enemas son inmediatos porque actúan directamente sobre el recto.
Estimulantes. Este tipo de emoliente activa el movimiento intestinal que facilita la evacuación. Suelen contener glicerina y hacen efecto entre 6 y 12 horas después de haberlos tomado por vía oral. Cuando se aplican directamente en el recto hacen efecto en una hora más o menos.
Lubricantes. Estos laxantes cubren las heces con una capa de grasa que evita que pierdan agua, haciéndolas más blandas y húmedas. Están indicados para personas no pueden hacer grandes esfuerzos. Por ejemplo, si han sido operados del estómago o el ano, han sufrido un infarto o tienen una hernia.
Si tras el uso de un laxante no consigues alivio deberás acudir a tu médico. A él le corresponderá determinar su origen y el tratamiento a seguir.
Consejos y recomendaciones
No evacuar un día no significa que estés estreñido. Tampoco te compares con otras personas, pues no todo el mundo necesita ir al lavabo tanto o tan poco como tú.
Hacer ejercicio, seguir una rutina y llevar una dieta equilibrada es la forma más segura de ayudar a tu cuerpo a deshacerse del estreñimiento.
Recuerda siempre informar a tu profesional sanitario de los fármacos que estás tomando pues uno de ellos podría estarte provocando este trastorno.
Pese a que los laxantes, sobre todo los de origen natural, pueden eliminar las molestias de ir al baño cuando se está estreñido no debes usarlos habitualmente pues dejarían de ser efectivos. El cuerpo se acostumbraría y no te harían efecto. Además, algunos tienen efectos contraproducentes a largo plazo.
Al contrario que otros compuestos, no se necesita mucho tiempo para que estos fármacos actúen. Si en una semana no notas mejora puedes dejar de tomarlo y acudir a tu médico.
Nunca los tomes si tienes dolor abdominal, náuseas, vómitos, obstrucción intestinal o lesiones anales, a no ser que te lo haya prescrito un médico.
Si tienes alguna pregunta acerca de lo que puedes tomar para aliviar la incomodidad de ir al baño cuando se está estreñido ponte en contacto con nosotros. Somos profesionales farmacéuticos desde hace más de 25 años. Te atenderemos con rapidez y discreción.