Las personas que padecen psoriasis suelen presentar lesiones en su piel, como descamación y rojeces, pudiendo llegar a ser muy llamativas. No sólo les afecta estéticamente sino también en su relación con los demás, ya que en ocasiones generan cierto rechazo social. No está claro qué provoca esta enfermedad, pero se conoce que factores ambientales, genéticos y estilo de vida influyen en su aparición.
Para acabar con su estigmatización, es importante que la sociedad conozca esta enfermedad que afecta ya a un 2 % de la población. Comprenderla también ayudará a quien la padece a saber vivir con ella. Por ello, a continuación te contaré en qué consiste, posibles causas y factores de riesgo, síntomas, cómo se diagnostica y los tratamientos disponibles.
¿Qué es la psoriasis?
Es una enfermedad inmunológica inflamatoria que fundamentalmente produce lesiones en la piel de cualquier zona del cuerpo. Pero no es sólo una enfermedad cutánea, ya que en ocasiones daña a las uñas (psoriasis ungular) y a las articulaciones (artritis psoriásica).
Afecta tanto a hombres como a mujeres y se inicia a cualquier edad. No tiene cura, se da de forma intermitente a lo largo de toda la vida del individuo que la padece. Se alternan de forma impredecible periodos sin síntomas con otros en los que se manifiestan de manera atenuada o con mayor fuerza.
Es importante aclarar que no es contagiosa de ningún modo, por lo que si conoces en tu entorno a alguien que la tenga no es necesario que tomes ninguna precaución a la hora de relacionarte con ella.
Síntomas de la psoriasis
Son muy variados, dependiendo del tipo de psoriasis que se padezca. Vamos a ver a continuación los síntomas característicos de cada tipo de psoriasis y dónde se suelen localizar.
Descamación, rojeces y otras lesiones en la piel
Son características de la psoriasis cutánea, y no dejan cicatrices ni secuelas una vez termina el brote. Hay distintos tipos de psoriasis según la morfología de la lesión:
- En placas: Es la más habitual y ocasiona zonas enrojecidas e inflamadas, en cuya parte superior hay una escamas blancuzcas. Se puede dar en cualquier parte del cuerpo aunque se localiza principalmente en la parte baja de la espalda, codos, rodillas y cuero cabelludo.
- En gotas: placas de menos de 2 cm esparcidas por la piel del tronco, piernas o brazos.
- Invertida: Zonas rojizas sin escamas en pliegues de la piel, como son las ingles o las axilas.
- Pustulosa: placas con granos de pus en su superficie. Es muy poco frecuente y puede localizarse en las palmas de las manos y plantas de los pies o bien en todo el cuerpo.
- Eritrodérmica: las lesiones aparecen en prácticamente toda la piel. Es una variedad grave y poco frecuente.
Daños en las uñas
Son provocados por la psoriasis ungular y entre ellos se encuentran el engrosamiento de la uña, cambio de color, separación de la carne, aparición de hoyuelos y estrías.
Dolencias en las articulaciones
La llamada artritis psoriásica produce en las articulaciones los síntomas típicos de la artritis, esto es, inflamación acompañada de dolor y en ocasiones agarrotamiento. También se puede producir una inflamación de la capa exterior que rodea al tendón (tenosinovitis).
Picor
Uno de los síntomas más representativo de la psoriasis cutánea es el picor. Aunque es difícil no hacerlo hay que tratar de no rascarse, ya que de lo contrario se empeora la lesión cutánea y se provoca más picor aún. Este síntoma aparece sobre todo cuando el brote se da en la cabeza, en las extremidades o en los pliegues de la piel.
Dolor
El dolor surge sobre todo en los procesos inflamatorios de la artritis psoriásica. También la psoriais ungular puede doler bastante, así como la aparición de pústulas en las palmas de las manos y plantas del pie. Si la piel está muy seca, pueden aparecer grietas dolorosas en la zona afectada, por eso es tan importante una buena hidratación.
Síntomas emocionales
El hecho de que las lesiones cutáneas sean visibles genera en ocasiones sentimientos de baja autoestima y vergüenza en el paciente. Por otra parte, sentir dolor o picor continuo dificulta la concentración y llega a provocar ansiedad y estrés, sentimientos que no hacen más que empeorar los síntomas. Todo ello sumado a que es una enfermedad crónica y que por tanto aunque desaparezcan estos síntomas reaparecerán en el futuro. Pueden desembocar en un cuadro de tristeza y depresión.
¿Cuáles son las causas de la psoriasis?
Nuestro sistema inmune sirve para protegernos contra las infecciones. Por diferentes razones, en las personas que padecen psoriasis se produce un mal funcionamiento en este sistema, que envia señales incorrectas al organismo. Ello desencadena varios fenómenos, entre ellos:
- La dilatación de los vasos sanguíneos: la sangre se acumula y produce el enrojecimiento de la zona y su hinchazón.
- La reproducción masiva de las células de la piel (queratinocitos): se acumulan en la superficie cutánea y de ahí la aparición de placas y descamación.
Existen factores de riesgo desencadenantes de un brote de psoriasis. Entre ellos se encuentra:
- Predisposición genética.
- Algunas infecciones, por ejemplo por estreptococos o por VIH.
- Uso de ciertos fármacos para bajar la tensión arterial (betabloqueantes), o para la salud mental (sales de litio), entre otros
- Fricción o lesión en la zona: roce, rascado, una picadura, una quemadura solar…
- Nerviosismo, preocupación o estrés.
- El tabaquismo
- El consumo de alcohol.
Proceso de diagnóstico
Si observas que aparecen en tu piel alteraciones de manera recurrente que te producen dolor o picor debes acudir a un especialista. El dermatólogo podrá diagnosticarte de manera muy sencilla. En la mayoría de los casos basta con realizar una revisión física visual, es decir, mirará el estado de tu piel, incluyendo el cuero cabelludo y las uñas. Las infecciones por hongos, alergias y reacciones a medicamentos pueden resultar en manifestaciones similares a algunos tipos de psoriasis, por lo que en caso de duda el dermatólogo solicitará una biopsia, esto es, tomarían una pequeña muestra de tu piel para poder hacer un examen más profundo.
Si lo que sientes es dolor articular, será el reumatólogo el que hará una completa exploración de las articulaciones, para determinar si se está ante un caso de psoriasis artrítica.
Si se sospecha de la existencia de alguna patología asociada a la psoriasis es posible que te realicen analíticas y otras pruebas complementarias para detectarla.
¿Existe algún medicamento o tratamiento que cure la psoriasis definitivamente?
Desafortunadamente tengo que contestar que no. Actualmente los medicamentos y resto de tratamientos sirven para frenar o reducir los síntomas de manera puntual, produciendo cierto alivio, pero no impiden que vuelva a surgir un brote en el futuro.
Algunos de estos tratamientos deben ser prescritos por un especialista y a veces son personalizados ya que el desarrollo de la enfermedad varía mucho de una persona a otra y depende de muchos factores: sexo, edad, zona afectada, gravedad, etc.
Tipos de tratamientos
Para aplicar sobre la piel (tópicos)
Entre ellos están los corticoides, derivados de la vitamina D, inmunomoduladores y derivados del alquitrán. También se usan productos hidratantes para evitar grietas y queratolíticos que ayudan a eliminar las células muertas.
Fototerapia
Se usa si no se produce una respuesta adecuada a los tratamientos tópicos o en caso de que la afección esté muy extendida. Consiste en la exposición a luz ultravioleta (UVA o UVB) con precaución, ya que se aumenta el riesgo de carcinoma. Se consigue disminuir la inflamación y la descamación y ralentiza la eliminación de células muertas de la piel. Se puede aplicar en combinación con medicamentos orales que potencian la radiación (psoralenos).
Tratamientos sistémicos
Están indicados en psoriasis severas. Estos fármacos actúan desde dentro del organismo y se administran de forma oral o mediante inyección. Los efectos secundarios pueden ser graves así que requieren un exhaustivo control médico. Entre estos medicamentos está la ciclosporina, el metotrexato, el acitretino, y los ésteres de ácido fumárico.
Tratamientos biológicos
Se administran cuando los tratamientos sistémicos y tópicos no funcionan o están contraindicados en un paciente. Están elaborados a partir de células vivas que actúan sobre el sistema inmunitario. Se administran por inyección subcutánea o en vena.
Otros tratamientos complementarios
- Analgésicos comunes y antiinflamatorios para paliar el dolor.
- En el caso de la artritis psoriásica: Inmovilización de las articulaciones, electroterapia (microondas, ultrasonidos), masajes, osteopatía.
- Productos naturales.
Unos consejos finales
Con unas sencillas prácticas puedes conseguir disminuir la probabilidad de que se desencadene un brote y aumentar la efectividad de los tratamientos.
- Adopta unos hábitos saludables: controla la ingesta excesiva de comida, no fumes ni bebas alcohol. Haz ejercicio moderado y practica técnicas para disminuir el estrés.
- Evita que tu piel se reseque: mantenla hidratada, evita el uso de productos cosméticos e higiénicos que la resequen. Evita también los ambientes secos donde haya un exceso de calefacción o aire acondicionado.
- Toma el sol, pero evita las horas de más calor, ¡y no más de 15 minutos al día!.
La psoriasis es más que tener descamación y rojeces en la piel por eso es tan importante su diagnóstico. Aunque es crónica, existen tratamientos que pueden controlarla. ¡Comienza hoy mismo a cuidarte!