Tanto la sinusitis como la rinitis tienen síntomas muy parecidos. La sensación del paciente puede ser similar en ambas patologías, aunque es importante prestar atención a los elementos diferenciadores, ya que afectan a distintas partes de la zona nasal. Por eso mismo la administración de fármacos suele variar en función de la afección que padezcas.
¿Cuáles son las diferencias entre sinusitis y rinitis?
En primer lugar, vamos a ver en qué consiste cada una de ellas, así como a qué zonas afecta:
- La rinitis consiste en la inflamación de la mucosa de las fosas nasales (los conductos de la nariz) por una patología en la zona. Las causas de esta enfermedad pueden ser variadas, desde alergias a ciertos elementos hasta efectos adversos de determinados productos farmacológicos.
- Por su parte, la sinusitis es una patología en la nariz, también, en la que se incluye la inflamación de uno o varios senos paranasales. Estos son unos pequeños huecos en la estructura ósea que hay alrededor de la nariz. Están comunicados con la cavidad nasal y se encuentran cubiertos de pequeñas células. Dichas células se encargan de la producción del moco, cuya función es impedir la sequedad de la nariz que produce la inhalación y exhalación de aire (lo que conocemos comúnmente como respirar). En general, esta inflamación sucede como resultado de un proceso infeccioso en las vías aéreas superiores.
¿Qué es más grave, sinusitis o rinitis?
Al tratarse de sucesos con diversas características en común, puede darse cierta confusión en cuanto a la gravedad de ambos. Pero cabe aclarar que, como ya hemos explicado anteriormente, la rinitis consiste en una inflamación de las membranas mucosas. La sinusitis, además, incluye inflamación en los conductos nasales, así como en los senos paranasales. En ocasiones, una sinusitis puede producirse como resultado de una rinitis mal tratada. Así, la sinusitis es conocida también como rinosinusitis.
Causas de la sinusitis y la rinitis
Ya has podido leer más arriba que la rinitis puede contener varios componentes que influyan en su desarrollo. Encontramos varios tipos de rinitis, entre los cuales están los siguientes.
Rinitis alérgica
Producida por un alérgeno, puede ser de tipo estacional (debida al polen, por ejemplo) o perenne. Este último caso incluye la alergia a elementos como los ácaros, cuya presencia no depende de las estaciones del año, sino que se hallan suspendidos en el aire, especialmente en zonas en las que existe mucha acumulación de polvo.
Otros tipos de rinitis
La rinitis también puede estar causada por cuestiones ambientales como la temperatura; físicas y hormonales (como el hipertiroidismo, malformaciones y atrofias) o el abuso de determinados medicamentos (antidepresivos, por ejemplo).
Causas de la sinusitis
Por su parte, la sinusitis, cuyos síntomas pueden ser bastante más molestos, puede estar motivada por diversas causas. En ocasiones, ciertos tejidos sufren un crecimiento poco natural, produciendo en su aumento una serie de pólipos que bloquean los conductos del área nasal. También, como sucede con la rinitis, tener malformaciones (una desviación del tabique nasal) es una causa frecuente de esta afección. Las infecciones y las alergias derivan en sinusitis en ocasiones. Por último, enfermedades que a priori no guardan relación pueden crear cierta predisposición a los síntomas. Generalmente son enfermedades que tienen que ver con el sistema inmunitario (como el VIH).
Síntomas de la sinusitis y la rinitis
Ambas poseen sintomatología relacionada, al ser similares. Sin embargo, hay algunos elementos que las diferencian.
La rinitis incluye síntomas propios de la alergia, como los estornudos frecuentes, la congestión o el goteo nasal. También aparecen síntomas de picor y escozor en los ojos, que a veces vienen acompañados de enrojecimiento. La garganta y los oídos pueden verse afectados, sintiendo el paciente molestias similares a la comezón. En ciertos casos, la obstrucción nasal puede limitar la realización de ciertas tareas, así como la conciliación del sueño.
La sinusitis comprende otros síntomas aparte de la congestión y el picor de determinadas zonas. El goteo nasal pasa a ser de una sustancia espesa, con color amarillento o verdoso. Además, la congestión producida en la sinusitis puede producir dolor de cabeza en un gran porcentaje de ocasiones, resultante de la presión por la alta concentración de la mucosidad en las zonas inflamadas. El dolor suele asociarse con la sensación de presión, tanto en la frente como en la parte posterior de los ojos, así como en la cara. A veces este dolor o presión puede trasladarse incluso a los dientes.
Aparte de los síntomas mencionados en el párrafo anterior, el paciente puede cursar fiebre y dolor corporal. El sentido del olfato se ve reducido a causa de la congestión, así como el del oído (que también puede llegar a doler debido a la presión). Algo más desagradables de describir son el mal aliento debido a la mucosidad acumulada y la posibilidad de sentir el constante movimiento del moco a través de la garganta. La compresión sinusal puede darse en ocasiones, con el consiguiente sangrado nasal.
Sinusitis aguda y sinusitis crónica
La sinusitis, en función de su duración y la gravedad de sus síntomas, puede ser aguda o crónica:
- Sinusitis aguda: puede llegar a durar hasta un máximo de 12 semanas. Es altamente frecuente y suele deberse a infecciones víricas (como catarros). Un pequeño porcentaje de estas infecciones suele derivar en sinusitis bacteriana, en la que los síntomas comienzan a desaparecer y, posteriormente, vuelven a agravarse. En este caso la administración de antibióticos ayudará al progreso de la enfermedad.
- Sinusitis crónica: su duración se extiende más allá de las 12 semanas, y suele aparecer en pacientes de forma recurrente. Aparte del cuadro de síntomas ya mencionado, cabe decir que estas personas ven alterada su calidad de vida en gran forma.
Queda añadir que los tratamientos que se apliquen a estas modalidades están dirigidos a calmar los síntomas, pero difícilmente reducirán la duración de la enfermedad.
Medidas de prevención y tratamiento para la sinusitis y la rinitis
Cuando hablamos de afecciones causadas por alergias, es muy importante tener en cuenta que acudir de forma periódica a un especialista (alergólogo) puede suponer un gran cambio en tu estilo de vida. Y no solo a la hora de padecer sinusitis o rinitis, sino para mantener controladas todas aquellas alergias que puedan afectarte (sean estacionales o no). Así, podrás tener acceso a un tratamiento adecuado (en caso de que lo necesites) y mantenerte alejado de los efectos producidos por cualquier tipo de alérgeno. De este modo verás reducidas las posibilidades de adquirir ciertas enfermedades derivadas de las alergias, como el asma y la bronquitis.
Dejando a un lado las alergias, mantenerse lejos del humo, adquirir unos buenos hábitos de higiene de la zona nasal y consumir mayor cantidad de líquidos (para evitar el resecamiento de las fosas nasales) son buenas formas de prevenir estas patologías. En el caso de sufrir resfriados o infecciones que afecten a la mucosidad, es importante evitar la congestión excesiva o eliminarla lo antes posible mediante la administración de determinados medicamentos.
Consejos farmacéuticos para la sinusitis y la rinitis
Cuando tengas rinitis, tu farmacéutico de confianza te recomendará la realización de lavados nasales. El agua de mar hipertónica es la mejor opción, ya que realiza una limpieza profunda por arrastre y osmosis, eliminando la mucosidad (y, por tanto, descongestionando) y restableciendo así el estado natural de la mucosa nasal. Además, te aconsejará no abusar de los descongestionantes (no utilizarlos durante más de entre cinco días y una semana). Esto es porque, aunque suene extraño, la utilización reiterada de este tipo de medicamentos puede producir un efecto rebote. Aun así, se recomienda el uso de estos fármacos, ya que reducen el edema nasal.
La ingesta de antihistamínicos será altamente recomendable cuando el origen de tu rinitis sea alérgico. Y en ocasiones, los corticoides nasales serán muy efectivos a la hora de reducir rápidamente la inflamación de la zona. Para las molestias oculares asociadas a la rinitis, se puede utilizar un colirio que fomente la limpieza de los ojos.
Para reducir los síntomas de la sinusitis puede prescribirse la ingesta de analgésicos (que aplacarán la sensación constante de presión y dolor). Los lavados nasales con agua salina son, de nuevo, importantes durante el proceso de curación. Los descongestionantes ayudarán a reducir la presión producida por la acumulación de mucosidad. Cuando el paciente tiene alta temperatura y otros síntomas relacionados con una infección (como mucosidad purulenta), habrá que recurrir a los antibióticos. Ante cualquier sospecha de presencia de bacteria se añadirán corticoides intranasales al tratamiento.
En casos de sinusitis crónicas, la administración de antibióticos y corticoides será pautada, de modo que su incidencia sea menos moderada (es decir, períodos cortos con niveles altos de medicación). El especialista adaptará la medicación al paciente en función de sus circunstancias. En casos muy puntuales en los que la continua ingesta de medicamentos no resulte suficiente podrá recurrirse, como última medida, a la cirugía. Esta intervención está destinada al ensanche de las aberturas, así como el drenaje de los senos paranasales.
Ante todo, debes tener en cuenta que ni el autodiagnóstico ni la automedicación son medidas aconsejables. Ante cualquier síntoma de rinitis o sinusitis puedes consultar a tu farmacéutico sobre qué medicamentos puedes tomar sin prescripción y pedir cita con tu médico a la mayor brevedad posible.
Metas Meta título: Congestión nasal, causas y motivos de sinusitis y rinitis nasales Meta descripción: ¿Qué causa la congestión nasal? En ocasiones el resfriado común puede derivar en sinusitis o rinitis nasal. Te explicamos las causas y los tratamientos Meta keywords: congestión