El colesterol elevado es uno de los principales factores de riesgo que pueden originar angina de pecho, infarto u otros problemas cardiovasculares. Una dieta rica en grasas no saludables favorece tener unos niveles elevados. A continuación, te explicamos qué es y cómo se puede tratar.
Primero de todo has de saber que el colesterol es un elemento totalmente necesario para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Es un lípido que se utiliza para la construcción de diferentes estructuras de las células, así como la fabricación de diferentes compuestos necesarios para el desarrollo de las funciones del organismo como puede ser la bilis.
Por tanto, podemos decir que es normal tener colesterol. Nuestro cuerpo lo obtiene a través de los alimentos y también lo puede sintetizar en el hígado.
El problema viene cuando los niveles se disparan. En este momento es cuando pueden empezar a parecer trastornos cardiovasculares, entre otros, a lo largo del tiempo.
¿Cuáles son sus causas?
Pueden ser factores múltiples los que aumenten la cifra de colesterol en sangre. Con la edad los niveles aumentan, ya que no es lo mismo una cifra determinada en niños que en una persona de 75 años. También en diferentes etapas de nuestra vida, como en el embarazo, pueden subir los niveles de colesterol.
Una mala dieta con abundantes alimentos procesados ricos en grasa y azúcares puede ocasionar unos niveles de colesterol elevados. Se aporta al organismo mucha más cantidad de la que necesita para su funcionamiento y esto hace que se empiece a circular más cantidad de la debida en sangre, pudiendo acumularse en las venas y arterias.
Hay personas que pueden sufrirlo debido a causas genéticas. A causa de una anomalía en los genes encargados de su procesamiento, los niveles se acaban disparando y el cuerpo es incapaz de sintetizarlo de una manera eficiente.
¿Cómo se diagnostica?
Normalmente se realiza una exploración física y una analítica completa de sangre. En ésta se verán reflejados los niveles de triglicéridos, colesterol-LDL y colesterol-HDL.
El valor idóneo de colesterol total tiene que estar sobre los 200 mg/dl. Valores por encima de los 250 mg/dl. pueden ser indicativos de sufrir una hipercolesterolemia.
En todo caso tu médico valorará tu estado de salud actual y tus antecedentes familiares para determinar cuáles son los niveles óptimos para ti. Ya que dependiendo de la persona, los valores pueden ser totalmente diferentes.
Colesterol bueno y colesterol malo
Al ser una partícula grasa, no puede desplazarse libremente por el cuerpo, ya que la sangre es un medio acuoso. Para ello necesita de lipoproteínas. Estas partículas son las encargadas de distribuirlo por todo el organismo.
El término colesterol bueno o malo define la clase de lipoproteína que lo transporta. Puedes encontrar dos clases:
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Lipoproteínas de baja densidad o LDL. Estas son las perjudiciales. Se dirigen del hígado a los tejidos, depositándose también en las paredes de las arterias. Con el paso del tiempo forman placas llamadas ateromas que favorecen la aparición de enfermedades como la angina de pecho o infarto.
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Lipoproteínas de alta intensidad o HDL. Este tipo de partículas es beneficioso para el organismo. Ayuda a limpiar las paredes de las arterias.
Como ves, es importante que dentro de los valores totales haya un mayor número de lipoproteínas HDL que LDL. Aunque tengas los niveles de colesterol total dentro de unos parámetros normales, una mayor presencia de partículas LDL no es beneficioso para tu salud.
¿Qué síntomas tiene?
La hipercolesterolemia no presenta síntomas concretos. La mejor forma de descubrirla es mediante los análisis de sangre. No obstante, es bueno detectar niveles elevados a tiempo, ya que es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Puede ser que haya personas que presenten depósitos de colesterol en diferentes partes de su cuerpo como en la piel de alrededor de los ojos, tendones, codos, etc. Si notas la aparición de alguno de estos síntomas no dudes en consultar a tu médico.
Factores de riesgo
Cuando se habla de factores de riesgo se nombran todos aquellos agentes que pueden causar problemas similares a los originados por los niveles elevados de colesterol. Es decir, básicamente se centra en enfermedades del sistema cardiovascular.
Padecer hipertensión arterial o diabetes, así como fumar o la obesidad son factores de riesgo que hay que tener en cuenta. La presencia de antecedentes familiares con problemas cardíacos es un factor de riesgo añadido.
Hay que valorar que determinados niveles de colesterol junto a los factores de riesgo comentados anteriormente pueden ser muy perjudiciales para tu salud.
Por eso, si sufres alguno de ellos es importante que cuides tu dieta y sigas los consejos de tu facultativo.
Una dieta rica en grasa favorece la obesidad
Una de las principales causas de la hipercolesterolemia sin lugar a dudas es la mala alimentación. Hoy en día se abusa de la ingesta de alimentos procesados ricos en grasas y azúcares. Esto unido a una vida totalmente sedentaria origina un aumento paulatino de peso que puede derivar en obesidad.
Posibles complicaciones como la angina de pecho o infarto
Una hipercolesterolemia no provoca problemas en el corto plazo a nivel general. No obstante, a lo largo del tiempo sí que pueden aparecer complicaciones a nivel coronario.
Un colesterol elevado aumenta el riesgo de sufrir todo tipo de problemas a nivel cardiovascular.
Con el paso del tiempo, el colesterol se va acumulando en las arterias en forma de placas originando una enfermedad llamada aterosclerosis. Esto origina un endurecimiento de las arterias y una peor calidad en la circulación de la sangre lo que puede favorecer la aparición de una angina de pecho. Se pueden originar trombos que deriven en un infarto o ictus.
Como ves, es muy importante tener controlados los niveles de colesterol, ya que las complicaciones que se pueden originar pueden poner en serio riesgo tu salud.
¿Cómo se trata?
Dado que sus causas pueden ser variadas, los tratamientos se adaptan a la necesidad de cada paciente. Si has sufrido un infarto o has tenido otro tipo de problemas cardiovasculares, seguramente debas recibir tratamiento para tener el colesterol a raya.
El fundamento de los tratamientos es conseguir establecer unos determinados niveles de colesterol. Dado que cada persona tiene un riesgo cardiovascular diferente, se marcarán unas cifras determinadas de colesterol-LDL de manera individualizada.
Puede ser que tu médico te marque una medicación. Hoy en día puedes encontrarte con diferentes tipos de fármacos. Los más destacados son:
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Estatinas. Son los más utilizados. Se encargan de reducir el colesterol de dentro del hígado. Esto facilita que pueda captar más de la sangre y por tanto los niveles se reduzcan.
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Ezetimiba. Reducen la capacidad de absorción del intestino.
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Fibratos. Ayudan a bajar los niveles de los triglicéridos.
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Resinas. Se encargan de favorecer la eliminación de bilis. El cuerpo necesita colesterol para fabricarla. Por tanto, al tener que fabricar más, se reducen sus niveles en la sangre.
Normalmente los medicamentos son seguros, pero puede ser que alguno te origine molestias como dolores musculares, elevación de las transaminasas, etc. A la aparición de cualquier molestia es bueno que consultes a tu médico o farmacéutico para buscar la mejor solución.
También es recomendable seguir un tratamiento no farmacológico. Se establecen una serie de hábitos saludables que complementan los medicamentos. A continuación, citamos algunos de ellos que te pueden servir de ayuda:
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Buena alimentación. Somos lo que comemos. Es fundamental que tu dieta sea lo más variada posible. Debe ser rica en verdura y frutas. Reduce al mínimo la ingesta de alimentos procesados, ya que tienen mucha grasa no saludable. Cuando comas grasas, procura que sean saludables, es decir, insaturadas y con gran cantidad de Omega-3. Evita en lo posible también los azucares simples, ya que éstos se pueden transformar también en grasa.
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Has de mantener un peso saludable. Evita en la medida de lo posible la obesidad.
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Practica deporte. Es muy importante mantener una buena condición física. El deporte es fundamental para ello. Trata de marcarte una rutina de ejercicios a lo largo de la semana. Céntrate sobre todo en actividades que mejoren el funcionamiento del sistema cardiovascular como puede ser correr, caminar o bailar. Evita el sedentarismo.
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Evita las sustancias tóxicas como el tabaco o el alcohol. Son un factor de riesgo añadido y pueden acabar perjudicando la salud de tu corazón.
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Mantén un estilo de vida tranquilo. Aleja el estrés de tu vida. Tu cuerpo te lo agradecerá.
¿Cómo prevenirlo?
Disfrutar de un estilo de vida saludable con una alimentación variada y baja en grasas es uno de los factores que te pueden ayudar a prevenir la aparición de altos niveles de colesterol en sangre. Tu salud general mejorará y te sentirás con mucha más energía y vitalidad.
La dieta mediterránea como prevención
La dieta mediterránea está compuesta de una gran variedad de frutas, verduras y cereales. También es rica en legumbres y frutos secos. Ocasionalmente se consume pescado rico en ácidos omega-3. La principal fuente de grasa es el aceite de oliva virgen. Es muy rica en hidratos de carbono y fibra, así como baja en grasa saturada.
Siguiendo estas pautas alimentarias puedes tener tus niveles bajo control y ahorrarte la aparición de problemas cardiovasculares con el paso del tiempo.
Como has podido ver, una buena prevención te ayudará a mantener unas cifras de colesterol saludables. Tu corazón te lo va a agradecer y vas a reducir el riesgo de sufrir un infarto u otro problema coronario. En nuestra web te ofrecemos diferentes suplementos alimenticios que pueden ayudarte a complementar tu tratamiento. Te ofrecemos las principales marcas del mercado, lo que es garantía de calidad. No lo dudes más, entra y encuentra el tuyo.