Con el cambio de año son muchos los fumadores que deciden hacer el propósito de dejar de fumar y comenzar el nuevo año con unos pulmones más limpios. Si eres uno de ell@s ¡Enhorabuena! Tu vida a partir de ahora solo va a mejorar, tanto a nivel de salud (obviamente) como de bolsillo y también a nivel social (ya no te olerá la ropa a humo ni necesitarás salir de las reuniones para saciar este incómodo vicio). Además como aliciente, empezamos el año con buenas noticias desde Sanidad, ya que finalmente la Seguridad Social pagará parte de los tratamientos para dejar de fumar (cuidado, sólo aquellos que necesitan receta médica, los que ves por la TV no). Es un gran paso que da la administración pública para mejorar la salud de todos y hacer que este tipo de tratamientos no tengan una barrera monetaria que muchas veces hace que las personas no se acaben de decidir.
Ahora bien, también lo sabemos, que por muy color rosa que te pintemos esta decisión, el que soporta las ganas de encender un cigarrillo y no lo hace por fuerza de voluntad eres tú y no siempre es fácil decir "No, esto yo ya no lo hago". Por esto es que como ex-fumadora (si, los profesionales sanitarios no siempre predicamos con el ejemplo) he decidido escribir este post con algunos trucos que a mi me ayudaron cuando la fuerza de voluntad flojeaba:
- Beber mucha agua: el agua ayuda a depurar tu organismo por lo que acelera la eliminación de la nicotina de tu cuerpo (cuanto antes salga de ti mejor). Además el agua, al entrar por la garganta empuja un poquito la epiglotis (la campanilla) que es una de las cosas que hace el humo cuando aspiras un cigarro. Parece algo muy simple pero puede ayudar a que tu cerebro libere un poco la sensación de ansiedad
- Hacer ejercicio: igual que el agua, con el ejercicio aumenta la filtración de los riñones y el hígado, consiguiendo eliminar más rápido la nicotina. Además refuerza mucho tu fuerza de voluntad ya que vas a ver que conforme pasan los días aguantas mejor y estás "más en forma" gracias a que ya has dejado de fumar. Por último, el ejercicio te ayuda a compensar la ganancia de peso (no a todo el mundo le pasa pero a veces la ansiedad de no fumar nos da hambre) y te ayuda a generar endorfinas (las "hormonas" de la felicidad)
- Tener un sustituto saludable del tabaco. Recuerdo que cuando fumaba había gente que me decía: "yo lo he dejado con piruletas." De acuerdo, te ayuda a sustituir el hábito de fumar y no es tan perjudicial, pero contiene mucho azucar que no es sano para ti. Una buena alternativa son los cigarros de plástico, unos cilindros de plástico que van impregnados de aroma de mentol que al aspirar tienen este aroma mentolado. No se comen (así que no engordan) y tienen una forma y tamaño muy parecido al cigarro con lo cual "engañan a tu cerebro" cuando lo necesitas. Otro sustituto que viene muy bien es hacer cualquier actividad manual que te guste. Cuando se tienen muchas ganas de fumar (sobre todo después de las comidas o con el café) si tienes las manos ocupadas es más fácil tener también el cerebro ocupado y así no pensar en coger el cigarro. Prueba con el bricolaje, el punto de cruz, la papiroflexia, la pintura o cualquier pasatiempo que mantenga tu mente y manos ocupadas.
- Conocer las fases que vas a atravesar: te ayuda a saber a qué atenerte. Por ejemplo, al principio es muy común el dolor de cabeza por la abstinencia de nicotina. Puedes llevar algún Gelocatil o Ibudol contigo por si acaso, sabiéndolo puedes prevenirlo mejor y de esta manera facilitas a tu cuerpo el proceso.
- También puedes darte una ayudita usando fármacos a base de nicotina. Es cierto que estos medicamentos, que básicamente te administran nicotina para rebajar el síndrome de abstinencia, no van a hacer el trabajo por ti pero sobretodo en las primeras semanas pueden ser un aliado perfecto para superar la fase más complicada. Tendrás un poco de nicotina para ir reduciendo paulatinamente y mientras esto ocurre puedes deshabituar tus manos de tener el cigarro o la costumbre de encenderlo por ejemplo. En este grupo fármacos seguro que te sonarán las marcas Nicotinell o Nicorette, pero recuerda no confundas los medicamentos con nicotina que ves por la TV (los que estamos comentando en este punto) y los medicamentos para deshabituación tabáquica sin nicotina que necesitan receta médica (por ejemplo Champix o Zyntabac)
¡Enhorabuena otra vez por el gran paso que has decidido dar y ánimo!
¡Gracias por leernos!